martes, 18 de junio de 2013


Protegía lo que tenía
y lo que no tenía;
la protegía de él,
se protegía de ellos...

Y se fue a vivir al campo
a un invernadero
sin manija.
Allí la vio llegar
buscándole tras el cristal,
las flores inclinándose a su paso
la luz acariciándole el rostro,
en el escenario del mundo

Amarse sin tenerse,
tenerlo todo
sin tener nada;
levitar en un mundo paralelo
sin dioses
sin hombres
al margen de la ley,
forajidos del amor
pasión delincuente;
inventores del más allá
en el más acá,
amantes de la palabra
de las letras
de las piedras,
inmutables
como el amor
desposeído

Dormían separados,
sus cuerpos apenas iluminados
por la curiosidad de la sombra,
sus manos rozándose levemente
bajo el vidrio;
y la tierra
en su laxitud
templándoles el sueño

Amanecen los cuerpos.
Se estiran abiertos
en la verticalidad del cristal,
se buscan
se acoplan
uno frente al otro,
abandonando su esencia,
evaporándose
elevándose sobre todas las cosas,
como el éter
como el encuentro
como el deseo
como un abrazo

atómico


jose ferraz
21 Febrero 2013








(fotografía tomada de internet. vía: http://blog.is-arquitectura.es)