I
Conducir hacia el horizonte
insumiso desobediente
Girar el volante
ignorando las señales
rebelde
Dejar atrás ciudades fábricas
atravesar campos
flanqueados por gigantes
por miedos por recuerdos
Conducir los días
mientras llueve
a ambos lados del cristal
tú cuerpo ahí
tú en cualquier parte
II
Las flores son constantes
los colores son constantes
un trompo gira
mientras dura su intención
Sigue lloviendo
el Otoño persigue al Invierno
implacable
En la sala
un reloj de cuco
desespera a la prisa
con su esfuerzo mínimo
La espera aburre
condiciona la emoción
desorienta el sino
Solo la voluntad
permanece inalterable
fiel a su instinto
III
Como niños cogidos de la mano
recuerdo los cumpleaños
mi colección de sellos
los gusanos de seda
el hámster
el primer beso...
Decidir qué decidir
te obliga a escoger
a cada paso que das
No se eligen los besos
llegan cuando el deseo
ya no puede más
IV
Nada es suficiente
No lo son las mañanas
ni las tardes
no lo son los augurios
las promesas de futuro
Lo verdaderamente grande
es cada caricia que das
el roce de la piel la emoción
que estremece tu esencia
las ideas
por su cuenta
son tan poca cosa
los cuerpos solos
necesitan tanta atención
El amor solo llega
a los que no lo tienen todo
La perfección no existe
siempre queda algo por hacer
jose ferraz
5 Octubre 2014
fotografía de internet: John Stezaker, 1976